El Universal
Científicos de varios países de América Latina y Europa, reunidos en la UNAM, trabajan para producir una nueva generación de etanol útil como biocombustibles a partir del aprovechamiento de residuos agroindustriales.
El grupo de 30 expertos provenientes de 10 naciones latinoamericanas inició los trabajos del Proyecto Babethanol en el Palacio de la Autonomía en el Centro Histórico.
El equipo es dirigido por la Facultad de Química de la UNAM y el Instituto Nacional Politécnico de Toulouse, Francia. El director de la facultad, Eduardo Bárzana, explicó que la materia prima son sustratos lignocelulósicos, que no tienen uso ni valor en el sector alimentario, pues son desperdicios que se generan en torno de alguna actividad industrial.
Destacó que entre estos deshechos se encuentran la mazorca de maíz, huesos de las aceitunas que quedan tras la extracción del aceite de oliva, o bagazo del agave azul que se produce en grandes cantidades en la industria del tequila de México.
"Estos residuos tienen lignina, celulosa y hemicelulosa, a los hay que hacerles una serie de tratamientos para convertirlos en glucosa, que es lo que se fermenta con levaduras, para llegar al etanol", detalló.
Bárzana García indicó que la parte de la fermentación del etanol es muy conocida desde tiempos antiguos, pero todavía es un gran reto la transformación de los residuos lignocelulósicos al azúcar.
"Ese es el propósito de este proyecto y de muchas investigaciones que se llevan a cabo en todo el mundo para aprovechar residuos del proceso del aceite de palma, de la avena y del trigo, entre otros productos agroindustriales", comentó el experto.
Este plan científico, especificó, propone soluciones para un enfoque más sustentable de etanol renovable de segunda generación basado en un proceso de fermentación moderado, integrado y amigable con el ambiente.
En el Proyecto Babethanol que inició en mayo de 2009 y tuvo su primera reunión en julio de ese año en Toulouse, participan también el Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas de esa región, así como varios institutos y centros de investigación de España, Italia, Finlandia, Costa Rica y el Cono Sur.
Por México participan el Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente, el Consejo Regulador del Tequila de Guadalajara, Jalisco, y Proazúcar, de Veracruz.
