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UNAM construye laboratorio para energías limpias

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Redacción / Milenio

México.- En el Centro de Investigación en Energía (CIE) de la UNAM, con sede en Temixco, Morelos, se construyen instalaciones del Laboratorio Nacional de Sistemas de Concentración Solar y Química Solar: un horno solar de alta concentración, una planta fotocatalítica para el tratamiento de aguas residuales, y un campo de prueba de heliostatos.

Claudio Estrada Gasca, director del CIE y responsable del proyecto, aseguró que este tipo de instalaciones abren la posibilidad de ser un país competitivo, a escala mundial, en el desarrollo de tecnologías emergentes de concentración solar, que permitirían la obtención de electricidad y combustibles limpios.

“No sólo estamos a tiempo de hacerlo; pensar como lo hacen las naciones que dominan los mercados internacionales, desarrollar ciencia y tecnologías e, incluso, exportarlas, es un asunto de estrategia y seguridad nacional”, dijo.

Entre los objetivos del laboratorio —donde participan el Conacyt y la Universidad de Sonora, y que se inaugurará en septiembre— están constituir una red nacional de grupos de investigación para avanzar en el conocimiento de concentración y química solar, formar recursos humanos y edificar las instalaciones.

Con ello, prosiguió Estrada, se sientan bases para implementar nuevos métodos en esa industria emergente, ambientalmente sustentables, y se contribuirá a resolver dificultades de salud y empleo.

Ante los problemas del entorno, derivados de la quema de hidrocarburos, cuyo consumo global representa más de 80% del empleo de energía primaria, y su eventual declinación, la población mundial está obligada a profundizar, en el corto y mediano plazos, en la transición energética.

Con base en ello, está surgiendo una nueva industria global, y “creemos que la nación tiene la capacidad de sumarse. De ahí, el esfuerzo de construir estas instalaciones y formar los recursos humanos que requerimos”, aseguró Estrada.

Los subproyectosEl horno solar de alta concentración es un dispositivo constituido por un helióstato o superficie cubierta de espejos planos que suman 81 metros cuadrados; un sistema de 409 espejos faceteados, que integran un concentrador de 36 metros cuadrados; un atenuador de radiación solar, especie de “persiana” que permite controlar con exactitud cuánta energía entra al concentrador, y una mesa de experimentación. Tendrá una capacidad de 30 kilowatts térmicos, concentración solar de 12 mil soles, y se podrán alcanzar temperaturas de tres mil 500 grados centígrados. “Esta energía se concentrará en una zona focal, como una pequeña esfera de 10 centímetros de diámetro. Es un instrumento de alta calidad y con gran potencial para la investigación”, explicó el experto.

El segundo subproyecto es la planta fotocatalítica para tratar aguas residuales, dirigido por Antonio Jiménez, también del CIE. Corresponde, relató Estrada, a un esfuerzo realizado desde hace más de una década: el estudio de la reducción de compuestos tóxicos orgánicos en agua, usando radiación solar concentrada.

El tercer subproyecto, a cargo de Rafael Cabanillas, de la Unison, es el campo de pruebas de helióstatos, que se ubicará en Hermosillo, Sonora, y estará enfocado a la tecnología de producción de electricidad en las llamadas plantas de torre central.

En la construcción participan alrededor de 50 expertos y un consorcio de instituciones, encabezadas por la UNAM.

Fuente: Milenio