La posibilidad de que Marte guarde grandes reservas en su subsuelo abre nuevas esperanzas de hallar el líquido elemento en otros mundos.
Superficie de Marte erosionada por lo que pudo ser un gran cauce.
En su superficie no se ha hallado ni rastro de vida pero algunos científicos no pierden la esperanza de que alguna forma de microorganismo pueda subsistir en Marte. Más concretamente, en su subsuelo. Cada vez son mayores los indicios de que en un pasado existió agua sobre el Planeta Rojo. Ahora, las temperaturas por debajo de los 80 grados, una atmósfera tenue que no puede retener el calor y la ausencia de un campo magnético que ejerza de escudo ante la radicación solar descartan la vida tal y como la conocemos en la superficie marciana.
Hace unas semanas dos científicos estadounidenses Francis McCubbin y Erik Hauri, incidieron en una teoría que varios colegas ya vienen manteniendo desde hace tiempo: Marte posee grandes reservas acuáticas en su interior y que podrían ser superiores incluso a las de la Tierra. Basan su hipótesis en el estudio de dos meteoritos originarios del Planeta Rojo que contenían rastros de H2O. Solo «si existiese agua hoy en día, aun si está bien escondida, la vida podría estar resguardada en algún nicho protegido», afirma la NASA. Y esta podría hallarse varios metros bajo tierra.
La esperanza de hallar agua bajo la superficie de un astro no se circunscribe solo a Marte. Una de las candidatas más fiables es la Luna de Júpiter Europa. Es un mundo de hielo, pero el calor de su núcleo podría haber dado lugar a grandes lagos bajo la gélida corteza exterior. Sería un auténtico mundo marino con posibilidades para albergar algún tipo de vida. En cualquier caso la mera presencia de agua no indica en sí mismo la existencia de vida. Esta se origina por un conjunto de innumerables carambolas que la convierten en un auténtico milagro, y no en sentido figurado.
El pasado de Venus
Venus, hermano gemelo de la Tierra y Marte, también pudo albergar agua en algún momento de su historia en vista al vapor de agua hallado en su superficie. Con una temperatura superior a los 460 grados, esta se habría evaporado dando lugar a uno de los planetas más inhóspitos que se conocen.
La existencia de hielo en los meteoritos está también demostrada. Algunos cálculos apuntan incluso que el 60% de toda el agua de la Tierra proviene de los cometas que han impactado durante millones de años contra ella.
La presencia del líquido elemento en otros cuerpos del Universo se presenta además como una de las claves para futuras misiones espaciales al presentar una fuente de abastecimiento para los astronautas.
Fuente: abc.es
