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Entre la selva y el desierto

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selva seca (1)La selva seca es el paisaje que más se observa en México, es un ecosistema con gran diversidad de especies, algunas exclusivas del país. Entre las selvas húmedas y los ecosistemas áridos se encuentra la selva seca, un lugar que es tropical, pero con características de lugares semiáridos.

Esta vegetación presta importantes servicios ambientales ya que protege de los efectos de huracanes, tormentas y marejadas, evita la erosión, conserva y produce suelo fértil y es hábitat de fauna única en el país.

La peculiaridad de este ecosistema es que durante la época de estiaje ofrece un paisaje de tonos grises y ocres lleno de arbustos sin hojas, incluso parece que está muriendo, pero cuando caen las lluvias se torna verde, abundante y lleno de vida.

Al amanecer domina el canto de las chachalacas (Ortalis spp.), se observan las guacamayas y cotorras volando en bandadas; durante el día se aprecian las marcas en los árboles hechas por felinos para afilar sus garras y por las noches hay un concierto de ranas.

Es uno de los paisajes más típicos del país, más que los bosques templados o las zonas áridas.

Se distribuye en las sierras La Laguna y La Giganta, en Baja California Sur, en el sur de Sonora y la cuenca del río Balsas hasta el centro de México y de ahí por todo el Pacífico hasta Chiapas.

También se le encuentra al sur de Tamaulipas, en el sureste de San Luis Potosí, en el extremo norte de Veracruz y en el noreste de Querétaro, comprendiendo una parte de La Huasteca y ocupando vasto territorio de Yucatán y una fracción de Campeche.

Alberga la mayor cantidad de endemismos en plantas y varios grupos de animales como el tlacuachín (Tlacuatzin canescens), el lagarto enchaquirado (Heloderma horridum), así como los árboles de guayacán (Conzattia multiflora, Conzattia sericea y Conzattia chiapensis).

También el perico guayabero (Amazona finschii), el perico de frente amarilla (Amazona oratrix), y el perico catarinita (Forpus cyanopygius) todas en algún estatus de conservación por la NOM-059-SEMARNAT-2010.

Además, dentro de las cortezas de árboles, las bromelias, las palmas y debajo de rocas en zonas de arroyos se encuentran anfibios y reptiles que salen en la temporada de lluvia, cuando el agua ya ablandó la tierra.

Pero también es uno de los ecosistemas más amenazados del país y del mundo, las principales causas es la actividad agropecuaria extensiva y la expansión de las manchas urbanas.

La Comisión Nacional Forestal considera este ecosistema como prioritario, junto con el bosque de niebla.

Mediante el programa Pago por Servicios Ambientales se canalizaron recursos del Fondo Patrimonial de Biodiversidad (FPB) a tres áreas: Sierra de Cacoma, Corredor Biológico del Jaguar (ambas en Jalisco) y Sierra de Acaponeta (en Nayarit y Durango).

Con el apoyo se conservan 34,900 hectáreas con vegetación de selva seca, bosque de niebla y bosque templado.

Los trabajos para proteger estás áreas las realizan los propios dueños, conformados por 17 ejidos, 7 comunidades y 27 propietarios particulares.

Con esta ayuda, desde 2015 los ejidos y comunidades que participan en el FPB fueron sensibilizados sobre la importancia de monitorear la fauna y apreciar las especies que tienen en sus predios sin descuidar sus actividades productivas.

 

Fuente: Conafor