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Agua Gestión del agua El género y el agua Mujeres y niñas, proveedoras de agua

Mujeres y niñas, proveedoras de agua

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mujeresEl papel de las mujeres y las niñas en el cuidado y obtención de recursos medio ambientales es imprescindible, pues son ellas quienes lideran la promoción de la ética medioambiental, la reducción de la explotación de recursos y el reciclaje de los mismos, con el fin de minimizar los desperdicios y el consumo excesivo.

Las mujeres, especialmente las mujeres indígenas, poseen un conocimiento particular de los vínculos ecológicos y la gestión de los ecosistemas frágiles. En la mayoría de los países en vías de desarrollo, las mujeres son las responsables de la gestión de los recursos hídricos a nivel doméstico y comunitario.

En África, ya en los años 70, las mujeres africanas se implicaron en proyectos relacionados con el abastecimiento de agua y el saneamiento. En Ghana y Burkina Faso, las mujeres tienen cada vez una mayor influencia en la toma de decisiones comunitarias: son ellas las que deciden cuándo excavar nuevos pozos. En Ecuador, son las mujeres quienes dirigen los esfuerzos de las comunidades indígenas para fortalecer los canales y los derechos de aguas en la región andina.

Por otro lado, en la mitología de diversas culturas el agua es relacionada con lo femenino, por ser líquida, variable, curativa, portadora de vida, rasgos todos ellos tradicionalmente asociados con lo femenino. Se considera al agua como un elemento de fertilidad pues, da vida al igual que las mujeres. Muy probablemente este vínculo se haya reforzado con el hecho de que la mujer da la vida desde el “agua”, el líquido amniótico del útero.

Otra analogía la podemos encontrar en tanto que son las mujeres y el agua quienes combaten el hambre y la sed. Al menos el 50% de los alimentos del mundo son cultivados por mujeres agricultoras y en algunos países africanos esta cifra alcanza el 80%. Además, son las mujeres y las niñas quienes proveen de agua a sus comunidades y emplean más de 8 horas diarias recorriendo entre 10 y 15 kilómetros para recoger agua. En cada trayecto transportan entre 20 y 15 litros de agua.

En Malawi, por ejemplo, las mujeres dedican un promedio de 54 minutos cada vez que van a por agua, frente a los 6 minutos que dedican los hombres. También en Guinea o Tanzania, donde las mujeres emplean el doble de tiempo que los hombres en esta labor. También, en Egipto, el 30% de las mujeres camina más de 1 hora al día para satisfacer las necesidades relacionadas con el agua.

Desafortunadamente, el 70% de las personas ciegas del mundo son mujeres que han sido infectadas, directamente o a través de sus niños, por el tracoma, una infección bacteriana ocular que se produce sobre todo en comunidades con un acceso limitado al agua.

El no contar con el servicio de agua potable de fácil acceso, no solo afecta a la salud de mujeres, niñas y las comunidades que dependen de su labor como proveedoras de agua, sino que también afecta a su calidad de vida y a su desarrollo intelectual.

Sin agua y saneamiento adecuados, millones de niñas y niños en todo el mundo no pueden ir al colegio, ya sea a causa de enfermedades relacionadas con el agua contaminada, malas prácticas de higiene o porque tienen que ocuparse de buscar agua, como es el caso de las niñas quienes, además, no acuden a la escuela en su etapa menstrual porque no encuentran instalaciones sanitarias limpias y privadas en los recintos escolares. Por esta razón, en África el 10% de las niñas en edad escolar no van a la escuela durante la menstruación o la abandonan en la pubertad.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) reclaman el acceso universal a agua potable antes del año 2030. El primer paso para conseguirlo es que cualquier persona pueda conseguir agua potable a menos de 30 minutos de su casa. El objetivo a largo plazo es que todos los hogares del mundo tengan agua potable. Y para lograrlo, es importante recalcar que las prácticas de desarrollo sostenible que no impliquen a la mujer, no tendrán éxito a largo plazo.

“No importa dónde sea, el acceso al agua potable cambia la vida de las personas”, dice Sanjay Wijesekera, jefe de los programas mundiales sobre agua, saneamiento e higiene de UNICEF. “Ninguna mujer ni ningún niño debería pasar tanto tiempo para satisfacer este derecho humano básico”.

Alejandra Fonseca / Agua.org.mx

Fuente: agua.org.mx