UNAM. (La Jornada)
Los colorantes con los que se tiñen las telas están hechos para resistir el sudor, los detergentes, la luz solar y el paso del tiempo, así que limpiar el agua que se utiliza en el teñido y dejarla en condiciones óptimas para su reutilización, es un reto que han enfrentado con éxito ingenieros ambientales de la UNAM.