class="contentpane"> Nace una flor que tardó 30 años en retoñar en la UNAM
Lunes, 12 de Marzo de 2018 11:34
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flor unamHace unos días, en el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM tuvo lugar un espectáculo hermoso y excepcional: después de alrededor de tres décadas de espera, un magnífico ejemplar de pescadillo o tehuizote, llamado por los indígenas oaxaqueños yacktobiyack o yahuindayashi, por fin ha dado flores.

Ahora, como una bella forma de concluir su vida, este pariente del agave también ha comenzado su lenta agonía, proceso que concluirá con su muerte total en aproximadamente un año.

El tehuizote no es una especie de agavácea más: es una de las monocotiledóneas de más larga vida en el mundo, y en su hábitat natural pueden pasar hasta 100 años para que madure y fructifique.

Según la descripción, el tallo de la planta mide 2.5 metros y la inflorescencia o quiote tiene una longitud de cinco metros, pero en la naturaleza la altura total puede ser hasta de nueve o 12 metros. La inflorescencia es de contorno piramidal y en la base mide 70 centímetros de circunferencia y alcanzó su altura total en solo un mes.
Tiene 46 “ramas”, las más largas superan un metro de largo, y en cada una hay entre 500 y mil flores. En su totalidad podría tener 50 mil flores, que al abrir son blancas con tonalidades verdes, pero que con el paso de los días se tornan amarillas y hasta naranjas.

Además de su longevidad, se distingue porque a diferencia de otras especies de su género el pescadillo solo se reproduce de manera sexual. Otras lo hacen de forma asexual, mediante bulbilos, que son pequeñas plantitas que nacen en las ramas de la inflorescencia.

No se conoce a los polinizadores del tehuizote, por lo que científicos suponen que podrían ser los insectos, quizá palomillas nocturnas; ya fertilizadas dan origen a los frutos y las semillas, que en este caso madurarían hasta fin de este año o principios del siguiente, para ser conservadas y propagadas también en otros jardines botánicos.

Fuente: Teorema Ambiental

Nace una flor que tardó 30 años en retoñar en la UNAM

Lunes, 12 de Marzo de 2018 11:34
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flor unamHace unos días, en el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM tuvo lugar un espectáculo hermoso y excepcional: después de alrededor de tres décadas de espera, un magnífico ejemplar de pescadillo o tehuizote, llamado por los indígenas oaxaqueños yacktobiyack o yahuindayashi, por fin ha dado flores.

Ahora, como una bella forma de concluir su vida, este pariente del agave también ha comenzado su lenta agonía, proceso que concluirá con su muerte total en aproximadamente un año.

El tehuizote no es una especie de agavácea más: es una de las monocotiledóneas de más larga vida en el mundo, y en su hábitat natural pueden pasar hasta 100 años para que madure y fructifique.

Según la descripción, el tallo de la planta mide 2.5 metros y la inflorescencia o quiote tiene una longitud de cinco metros, pero en la naturaleza la altura total puede ser hasta de nueve o 12 metros. La inflorescencia es de contorno piramidal y en la base mide 70 centímetros de circunferencia y alcanzó su altura total en solo un mes.
Tiene 46 “ramas”, las más largas superan un metro de largo, y en cada una hay entre 500 y mil flores. En su totalidad podría tener 50 mil flores, que al abrir son blancas con tonalidades verdes, pero que con el paso de los días se tornan amarillas y hasta naranjas.

Además de su longevidad, se distingue porque a diferencia de otras especies de su género el pescadillo solo se reproduce de manera sexual. Otras lo hacen de forma asexual, mediante bulbilos, que son pequeñas plantitas que nacen en las ramas de la inflorescencia.

No se conoce a los polinizadores del tehuizote, por lo que científicos suponen que podrían ser los insectos, quizá palomillas nocturnas; ya fertilizadas dan origen a los frutos y las semillas, que en este caso madurarían hasta fin de este año o principios del siguiente, para ser conservadas y propagadas también en otros jardines botánicos.

Fuente: Teorema Ambiental