class="contentpane"> Jóvenes emprendedores desarrollan proyectos sostenibles para la acuacultura, la agricultura y la construcción
Martes, 02 de Julio de 2019 15:03
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jovnes cca ch2La Comisión de Cooperación Ambiental (CCA) de América del Norte auspicia el talento y la visión ecologista de los jóvenes de esta región, por lo cual, en su XXVI reunión anual, el organismo presentó los tres proyectos ganadores del Desafío Juvenil para la Innovación Ambiental 2019.

Daniel Luna, Omar Sánchez y Andrés Gutiérrez, de México, autores del proyecto “Nutrición animal mediante la transformación de desechos orgánicos”, crearon “Nutriorganic”, un forraje elaborado con amplias perspectivas para aprovechar los desechos de aguacate, ya que cada agricultor de ese ramo produce en promedio 200 toneladas de residuos.

El pienso balanceado orgánico propuesto contiene un alto porcentaje de valor nutrimental obtenido mediante tratamientos biológicos de materia reciclable –cascarón de huevo, semilla de aguacate y larva de mosca soldado, entre otros--, lo que representa un precio más bajo que otros productos similares del mercado, evita que los desechos contaminen y genera alimento de calidad para los animales. Además, al ser rico en antioxidantes, tiene una amplia vida de anaquel.

El ciclo de la cadena de valor de “Nutriorganic” se cierra al promoverse en la sociedad y la industria alimentaria la separación de los residuos para poder utilizar los desechos orgánicos domésticos e industriales.

A Adam Stager, Ray Zayas y Vishnu Somasundaram, de Estados Unidos, los inspiró la idea de desterrar el uso y abuso de los agroquímicos. Idearon crear una “Alternativa no-química a los plaguicidas en plantaciones de fresas” al detectar en esos campos el uso promedio de 22 pesticidas que coloca a las fresas en el primer lugar del Dirty Dozen, aun cuando esta fruta constituye un tercio de la industria de las bayas del país vecino del norte.

La manera más saludable y ambientalmente consciente de tratar las plagas que encontraron estos jóvenes es el uso de luz UV-C, en lugar de productos químicos, que se aplica mediante una plataforma automatizada similar a una aspiradora robótica. La solución química sería mínima y correría hacia arriba y hacia abajo en hileras de fresas que iluminan la luz UV-C para matar patógenos.

Este método fue probado en la Estación de Investigación de Frutas de los Apalaches, donde se comprobó que es más sostenible y tiene menos impactos ambientales en las comunidades locales.

Los agricultores de Estados Unidos pueden aumentar las ganancias hasta en un 10% al etiquetar su fruta como no química y, al tratarse de un gasto operativo, es deducible de impuestos en ese país. Mientras tanto, los consumidores adquieren productos más saludables.

De Canadá, Daniel González y Noor-ur-Rahman, proponen: “Use sus residuos para generar un cambio”, con su proyecto de reciclaje "IXIM", que lleva los desechos orgánicos a la industria de la construcción y le da el colorido de la naturaleza a cualquier espacio o a muebles fabricados con tallo de maíz, cáscara de arroz o vaina de frijoles.

"IXIM” es un material sostenible, 100% biodegradable para reemplazar los bloques de mampostería y las piezas de muebles con las fibras vegetales mencionadas, además de un aglutinante natural extraído de la acuicultura, mediante el cual se aprovechan los residuos agroindustriales y se generan nuevos canales de ingresos para la pesca y los trabajadores agrícolas.

Las ventajas más importantes de los bloques “IXIM” son:

1. Aprovechar los residuos agroindustriales y de acuicultura para crear un material único e innovador.

2. Reducir el costo de la distancia.

3. Fácil carga y transporte por tratarse de un material liviano.

4. Son biodegradables y no contaminantes.

5. Proporcionan beneficios sociales, económicos y ambientales a las comunidades locales.

Generan ahorros post-consumo al pasar por un proceso de compostaje en lugar de procesos de tratamiento tradicionales.

Fuente: SEMARNAT

Jóvenes emprendedores desarrollan proyectos sostenibles para la acuacultura, la agricultura y la construcción

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jovnes cca ch2La Comisión de Cooperación Ambiental (CCA) de América del Norte auspicia el talento y la visión ecologista de los jóvenes de esta región, por lo cual, en su XXVI reunión anual, el organismo presentó los tres proyectos ganadores del Desafío Juvenil para la Innovación Ambiental 2019.

Daniel Luna, Omar Sánchez y Andrés Gutiérrez, de México, autores del proyecto “Nutrición animal mediante la transformación de desechos orgánicos”, crearon “Nutriorganic”, un forraje elaborado con amplias perspectivas para aprovechar los desechos de aguacate, ya que cada agricultor de ese ramo produce en promedio 200 toneladas de residuos.

El pienso balanceado orgánico propuesto contiene un alto porcentaje de valor nutrimental obtenido mediante tratamientos biológicos de materia reciclable –cascarón de huevo, semilla de aguacate y larva de mosca soldado, entre otros--, lo que representa un precio más bajo que otros productos similares del mercado, evita que los desechos contaminen y genera alimento de calidad para los animales. Además, al ser rico en antioxidantes, tiene una amplia vida de anaquel.

El ciclo de la cadena de valor de “Nutriorganic” se cierra al promoverse en la sociedad y la industria alimentaria la separación de los residuos para poder utilizar los desechos orgánicos domésticos e industriales.

A Adam Stager, Ray Zayas y Vishnu Somasundaram, de Estados Unidos, los inspiró la idea de desterrar el uso y abuso de los agroquímicos. Idearon crear una “Alternativa no-química a los plaguicidas en plantaciones de fresas” al detectar en esos campos el uso promedio de 22 pesticidas que coloca a las fresas en el primer lugar del Dirty Dozen, aun cuando esta fruta constituye un tercio de la industria de las bayas del país vecino del norte.

La manera más saludable y ambientalmente consciente de tratar las plagas que encontraron estos jóvenes es el uso de luz UV-C, en lugar de productos químicos, que se aplica mediante una plataforma automatizada similar a una aspiradora robótica. La solución química sería mínima y correría hacia arriba y hacia abajo en hileras de fresas que iluminan la luz UV-C para matar patógenos.

Este método fue probado en la Estación de Investigación de Frutas de los Apalaches, donde se comprobó que es más sostenible y tiene menos impactos ambientales en las comunidades locales.

Los agricultores de Estados Unidos pueden aumentar las ganancias hasta en un 10% al etiquetar su fruta como no química y, al tratarse de un gasto operativo, es deducible de impuestos en ese país. Mientras tanto, los consumidores adquieren productos más saludables.

De Canadá, Daniel González y Noor-ur-Rahman, proponen: “Use sus residuos para generar un cambio”, con su proyecto de reciclaje "IXIM", que lleva los desechos orgánicos a la industria de la construcción y le da el colorido de la naturaleza a cualquier espacio o a muebles fabricados con tallo de maíz, cáscara de arroz o vaina de frijoles.

"IXIM” es un material sostenible, 100% biodegradable para reemplazar los bloques de mampostería y las piezas de muebles con las fibras vegetales mencionadas, además de un aglutinante natural extraído de la acuicultura, mediante el cual se aprovechan los residuos agroindustriales y se generan nuevos canales de ingresos para la pesca y los trabajadores agrícolas.

Las ventajas más importantes de los bloques “IXIM” son:

1. Aprovechar los residuos agroindustriales y de acuicultura para crear un material único e innovador.

2. Reducir el costo de la distancia.

3. Fácil carga y transporte por tratarse de un material liviano.

4. Son biodegradables y no contaminantes.

5. Proporcionan beneficios sociales, económicos y ambientales a las comunidades locales.

Generan ahorros post-consumo al pasar por un proceso de compostaje en lugar de procesos de tratamiento tradicionales.

Fuente: SEMARNAT