Un estudio realizado por la Universidad de California arrojó que navegar en la web activa regiones del cerebro y mejora capacidades mentales como la memoria
GDA/ La Nación Costa Rica El Universal Sábado 28 de noviembre de 2009
Hacer búsquedas por internet puede hacerle mucho bien al cerebro de los adultos, especialmente a aquellos que son novatos o ajenos al uso de estas nuevas tecnologías de la información. Realizar esta actividad por, al menos, una hora diariamente logra activar regiones del cerebro que antes permanecían inactivas y mejora capacidades mentales, como la memoria, arrojó un estudio realizado por la Universidad de California en Los Ángeles, EU.
Aunque varias compañías no paran de hacer alianzas con tal de competir con el gigante de los buscadores de Internet, Google no se deja intimidar en ningún momento. Muy por el contrario ahora incursiona en el mundo de los sistemas operativos. Tal y como se esperaba, Google acaba de lanzar su sistema operativo de código abierto, Chrome OS. La compañía asegura que está diseñado para netbooks, por lo que no soportará discos duros, y promete que será más rápido, sencillo y seguro que otras opciones del mercado. Pero también será más limitado.
Las agencias espaciales de todo el mundo se han aliado con Google Inc. y la organización de conservación del Grupo de Observaciones de la Tierra (GEO) para supervisar anualmente las tasas de deforestación utilizando imágenes de satélite. Estos datos pueden ser utilizados para evaluar las reservas de carbono de los bosques en todo el mundo.
Las dos redes sociales son las nuevas armas de los hastiados conductores para evitar los atascos de la capital indonesia
La primera conexión de México al Internet se logró con un enlace satelital entre el National Center for Atmospheric Research (NCAR) en la Ciudad de Boulder, Colorado y dos instituciones de educación superior mexicanas: la UNAM y el ITESM. El satélite utilizado fue el Morelos I. Del lado mexicano, la UNAM financió la compra e instalación de sus estaciones terrenas y el ITESM hizo lo propio. Del lado norteamericano, el financiamiento fue otorgado por la National Science Foundation (NSF) y por la National Aeronautics and Space Administration (NASA).